George Berkeley
Texto tomado de “El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder
George Berkeley fue un obispo Holandés que vivió de 1685 a 1753. Pero también era filósofo… Él sentía que la filosofía y la ciencia de la época estaban amenazando los conceptos cristianos de la nada, y que ese materialismo cada vez más dominante era una amenaza contra la fe cristiana en que es Dios quien crea y conserva todo lo que hay en la naturaleza.
Al mismo tiempo Berkeley fue el empirista más consecuente de todos. También opinaba que no podemos saber nada más del mundo que lo que percibimos a través de nuestros sentidos. Y más que eso. Berkeley opinaba que las cosas en el mundo son precisamente como las sentimos, pero que no son «cosas».
Recordarás que Locke había señalado que no podemos pronunciarnos sobre las «cualidades secundarias» de las cosas. No podemos decir que una manzana es verde o está ácida. Son impresiones de nuestros sentidos. Pero Locke también había dicho que las «cualidades primarias», tales como firmeza, peso, solidez, pertenecen realmente al mundo exterior, lo cual quiere decir que la realidad exterior tiene una «sustancia» física.
Locke opinaba, igual que Descartes y Spinoza que el mundo físico es una realidad. Precisamente eso es lo que Berkeley pone en duda, y lo hace practicando un empirismo consecuente. Dijo que lo único que existe es lo que nosotros percibimos. Pero no percibimos la «materia». No percibimos que las cosas son «cosas» concretas. El presumir que aquello que percibimos tiene una «sustancia» propia, es saltar demasiado rápido a la conclusión. No tenemos en absoluto ninguna base de experiencia para hacer tal aseveración.
Si golpeas una mesa con el puño y lo haces con fuerza, es probable que sientas algo duro pero, según Berkeley, esto no prueba suficientemente que la mesa es una mesa real y material. Has tenido una clara sensación de algo duro, pero no sentiste la materia de la mesa. De la misma manera puedes soñar que te das contra algo duro, pero dentro del sueño no hay nada duro, ¿verdad que no? Además se puede sugestionar a una persona para que «sienta» esto y aquello. Se puede hipnotizar a una persona y hacerle sentir calor y frío, caricias suaves y golpes duros.
Berkeley pensaba que era «una voluntad o un espíritu». Pensaba que todas nuestras ideas tienen una causa fuera de nuestra propia conciencia, pero esta causa no es de naturaleza material, sino espiritual. Según Berkeley, mi propia alma puede ser la causa de mis propias ideas, como cuando sueño, pero solamente otra voluntad o espíritu puede ser la causa de aquellas ideas que constituyen nuestro mundo «material». Todo «se debe al espíritu que causa “todo en todo” y gracias a lo cual “todas las cosas subsisten”», dijo.
Berkeley piensa evidentemente en Dios. Dijo que «incluso podemos afirmar que la existencia de Dios se percibe mucho más nítidamente que la existencia de los hombres». Todo lo que vemos y sentimos es una «consecuencia de la fuerza de Dios» dijo Berkeley, Porque Dios está «íntimamente presente en nuestra conciencia y suscita en ella toda esa multitud de ideas y sensaciones a las que estamos constantemente expuestos» Toda la naturaleza que nos rodea y toda nuestra existencia reposan por lo tanto en Dios. Él es la única causa de todo lo que hay
«Ser o no ser» no es, pues, toda la cuestión. Otra cuestión es qué somos. ¿Somos personas reales? ¿Nuestro mundo está compuesto por cosas verdaderas, o estamos rodeados de conciencia?
Berkeley no sólo duda de la realidad material. También duda de que el «tiempo» y el «espacio» tengan una existencia absoluta o independiente. También nuestra vivencia del tiempo y del espacio puede ser algo que sólo se encuentre en nuestra conciencia. Una semana o dos para nosotros no tiene por qué ser una semana o dos para Dios…
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